El actor y el sistema. Michele Crozier.

Para Crozier, la acción colectiva siempre será una coalición de hombres contra la naturaleza con miras a resolver problemas materiales y los constructos que se tengan que inventar para reacondicionar estos problemas, no se podrán abstraer del elemento de la incertidumbre y por consiguiente de la indeterminación, por lo que este elemento se tomará como un recurso fundamental de toda negociación. Las relaciones de los actores que deberán negociar de manera individual lo colectivo entre ellos hacia el problema que les atañe estarán en diferentes circunstancias por relaciones de poder y de dependencia.

Para el autor, es en el análisis político, donde la observación que el actor hace del sistema, requiere de modos de organización no naturales, soluciones artificiales y por lo tanto construidas por el mismo actor en donde el primer problema es el de la cooperación, es decir, basada en un mínimo de integración de los comportamientos de los individuos o de los grupos, aunque los actores sociales involucrados persigan objetivos diferentes incluso contradictorios.

La sociedad y la acción colectiva no son fenómenos naturales según Crozier y si son constructores sociales son actores, miembros relativamente autónomos los que construyen con su cultura y su imaginación los problemas, las condiciones y hasta las soluciones específicas con sus recursos y capacidades particulares. Las soluciones ni únicas ni mejores sino contingentes, es decir, intermediadas y arbitrarias cuyos modos de articulación sin dejar de ser restrictivos, se comportan como divergentes y contradictorios y al fin dependiente de la estructura humana, suponen un mínimo de organización, a veces “naturalizada” por la historia y otra por las costumbres.
El actor tiene el riesgo de caer en lo contrario, esta en el fondo de todo esfuerzo de acción colectiva y estas alternativas colectivas se convierten dentro de los estudios de los problemas de los bienes colectivos, en disyuntivas públicas y son efecto de una organización o efectos de un sistema donde la ética es uno de los primeros constructores sociales. Los constructores siendo arbitrarios, se convierten en prisioneros de los miembros que regulan la cooperación y circunscriben sus capacidades para nuevas finalidades.

Cualquier modalidad que adopten los actores dentro de un esquema político bajo un juego estructurado: organizativos, relativamente formalizados, desordenados y empíricos, estarán articulados en una especie de sistema organizado y donde el constructo de acción de acción colectiva que se desarrolle, se fundará siempre en incertidumbres objetivas que provienen de las características, técnicas, económicas y otras, mismas que normalmente se imponen como circunstancias de hecho, obligaciones que como constructos humanos pudiendo reconsiderarse y transformarse, permiten la dominación de los actores capaces de afirmar y de imponer su dominio en las incertidumbres mas cruciales.

Las restricciones son efectos en contra de lo intuitivo que caracterizan los asuntos humanos. Un plan colectivo entre una multitud de elecciones individuales cada una en su nivel y marco de referencia, cada elección racional marca oposiciones, diversas orientaciones y proviniendo de los actores, se convierte en partes de un mecanismo fundamental que provocará que aún queriendo hacer el bien, se haga daño.

Cuando se obtiene ese mínimo de integración, se redefinen los problemas y los campos de interacción, se organizan sin detrimento de interese específicos de los actores y por supuesto sin poner en peligro los resultados de la empresa colectiva, estos juegos estructurados en los resultados de la empresa colectiva se mejoran.


La acción colectiva se traduce en política cotidiana que contiene como materia prima el poder, ejercitado en sus diferentes formas dentro de la familia, la Iglesia, la Escuela, la Medicina, la Psiquiatría y esa relación de fuerza y de dominio irreductiblemente contingente impide a su omnipresente el análisis del fenómeno que construye, dejando en esencia que todo es política puesto que el poder, está en todas partes.

El poder, es el simple reflejo y producto de una estructura de autoridad, organizativa o social, pues no es un atributo o una propiedad de cuyos medios uno se pudiera apropiar. Su resultado siempre contingente, movido por los actores y emanado de las fuentes de incertidumbre pertinentes que los actores controlan bajo estructuras construidas de determinados juegos, se convierten en mediación específica de los objetivos divergentes que persiguen los actores y la dimensión fundamental del poder deberá analizarse desde el embrión de la acción colectiva, en donde existe el regateo y la integración y donde pudiendo utilizar ese mecanismo cotidiano más ampliamente, no se explota porque el hombre piensa que sería malo o por que la sociedad o un sistema perverso lo corrompieran, ya que ese regateo está basado en fuentes de incertidumbre y solo el hombre lo transforma en regateo de buena voluntad, dejando atrás o para otros la manipulación y el chantaje, faceta vergonzosa del poder que el hombre desdeña, por que no hay un determinismo estructural y porque no puede haber jamás un condicionamiento total.

No hay acción social sin poder, es afirmar que no puede haber poder sin estructuras, éstas con sus divisiones y obstáculos de comunicación por sus límites, proporcionan protecciones necesarias para enfrentar los fenómenos del poder y hacer posible la cooperación de los hombres que construyen los modos de organización, de acción colectiva y los cambios constituyentes de un problema, pues estos no son naturales.

Cuando hay cambio, es necesario separar dentro de la conducta política de cada individuo, el modelo en el que se arriba dentro de la acción colectiva ya sea como: reformadores autoritarios, déspotas ilustrados, tecnócratas competentes, comisarios del pueblo, etc. Y saber que no hay una mejor manera de cada modelo sino que existen varias maneras. Estas alternativas para formular los cambios, solo pueden ser bajo la extensión y la generalización progresiva de la experimentación, es decir, del aprendizaje colectivo e institucional en todos los niveles. La organización de las condiciones que hacen posible tal extensión por la que la dificultad de aprendizaje de nuevos modos de acción colectiva, será la transformación de nuevos modos de acción colectiva para que permita más iniciativa y más autonomía entro los que construyen escenarios y restricciones de acción social.

En el análisis del sistema político, y de los escenarios construidos bajo la limitación de una estructura, se crea la organización como un conjunto de mecanismos reductores que restringen las posibilidades de negociación de los actores, negociación que permite resolver algunos de los problemas de cooperación. Las libertades y racionalidad de los actores para restringir de forma arbitraria permitirá reconstruir libertad y racionalidad de cada actor para crear la mejor solución a cada problema, una lógica supuesta y falsa como perspectiva clara del hombre.

El contexto de racionalidad limitada en estudios de decisiones dentro de grandes organizaciones, afirman que los problemas se solucionaban de manera progresiva es decir, tomando la primera solución al alcance, con un mínimo de satisfacción. Es por eso que los actores no tienen más que una libertad restringida y solo son capaces de una racionalidad limitada, por lo que la estrategia para entender esto nos dice que el actor rara ves tiene objetivos claros y menos aun proyectos coherentes, al existir consecuencias imprevistas en su camino, reconsiderara su posición y reajustará su mira, por lo que se señala que el actor no es reflexivo. A un que cuenta con un comportamiento activo y toda ves se convierte en pasivo, y aun que no es racional con relación a ciertos objetivos, lo es con relación a las oportunidades y a través de estas y el concepto que lo define.

El comportamiento del actor presenta un aspecto ofensivo en el aprovechamiento de las oportunidades para mejorar su situación y el otro aspecto como defensivo que consiste en sostener y ampliar su margen de libertad y por consecuencia su capacidad de actuar. En los casos límite no existe por parte del actor un comportamiento irracional, manteniéndose en su juego ofensivo defensivo, observaciones similares dentro de la sociología interpretativa al que Max Wever se refiere en Economía y Sociedad como tesis de filosofía fenomenológica. Se considera a la estrategia como fundamento inferior y que no es sinónimo de voluntad pero tampoco respuesta consciente de los actores.

La existencia de reflexión en el actor, tenderá según el autor a aislar al mismo actor de la organización a la cuál se enfrenta y por lo tanto busca en el contexto organizativo la racionalización y busca comprender la organización en vivencias, describiendo así los talleres de monopolio industrial, el ejemplo lo demuestra en donde se destaca claramente el clima conflictivo entre dos grupos y las implicaciones efectivas que se demuestran cada uno con respecto del otro.. en este tipo de modelos de estrategia y poder descritos en el texto, no hay nada al arbitrio de los individuos y a la negociación interpersonal, pues todo esta previsto y cada quien tiene su lugar, y como esto es normativo según Crozier, no deben existir razones de tensión o de conflicto.

La estructuración del poder entre las partes presentes existen y existirán privilegios y superioridades, así como subordinaciones y perjuicios para otros al ampara de cada interacción se considerará un cambio en la vida organizativa de cada colectividad.